Es la palabra que se usa para describir las flores secas, semillas y hojas de la planta de cáñamo índico. En la calle, es conocida por muchos otros nombres, tales como: cáñamo, churro, doña juana, hachís, hierba, mary jane, mafú, mari, juana, maría, monte, mota, pasto, porro, THC y yerba.
El hachís es un derivado de la marihuana, hecho con las resinas de la planta de cáñamo índico. También llamado chocolate, polen o canuto, en promedio es 6 veces más fuerte que la marihuana.
La palabra “Cannabis” describe a cualesquiera de las diferentes drogas que proceden del cáñamo índico, incluyendo marihuana y hachís.
Independientemente del nombre, esta droga es un alucinógeno; una sustancia que distorsiona la manera en que la mente percibe el mundo en el que vives.
El ingrediente químico del cannabis que crea esta distorsión es conocido como “THC”. La cantidad de THC encontrado en cualquier volumen de marihuana puede variar sustancialmente, pero en general, el porcentaje de THC se ha incrementado en los últimos años.
¿cómo se usa?
La marihuana es la droga ilegal que más se consume en el mundo. Una encuesta hecha en 2007 encontró que 14.4 millones de individuos sólo en los EE.UU. habían fumado marihuana al menos una vez durante el mes previo a la fecha de la encuesta.
La marihuana normalmente se fuma como un cigarrillo (porro), pero se puede fumar también en una pipa. Con menos frecuencia, se mezcla con alimento y se come o se prepara como té. Algunas veces, los consumidores abren los cigarrillos y quitan el tabaco, reemplazándolo con marihuana, lo llaman un “cigarro corto”. Los porros y cigarros cortos algunas veces se mezclan con otras drogas más potentes, tales como el crack o PCP (fenciclidina, un poderoso alucinógeno).
Cuando una persona fuma un porro, normalmente siente sus efectos en minutos. Las sensaciones inmediatas son: incremento del ritmo cardíaco, disminución de la coordinación y equilibrio, un estado mental irreal de “ensueño” y alcanzan su clímax dentro de los primeros 30 minutos. Estos efectos a corto plazo desaparecen normalmente en dos o tres horas, pero podrán permanecer más tiempo, dependiendo de la cantidad ingerida por el consumidor, la potencia del THC y la presencia de otras drogas introducidas en la mezcla.
Como el consumidor típico aspira más humo y lo retiene más tiempo que si fuera un cigarrillo, un solo porro crea un impacto severo en los pulmones. Aparte del malestar que se asocia al dolor de garganta y a los resfriados, se ha encontrado que el consumo de un porro le expone a uno a los químicos que producen el cáncer tanto como lo haría el fumar cinco cigarrillos.
Las consecuencias mentales del uso de la marihuana son igualmente graves. Los fumadores de marihuana tienen una memoria y aptitud mental más pobres que los no fumadores.
Animales a los que les fue suministrada marihuana por parte de investigadores llegaron a sufrir incluso daños estructurales en el cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario